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lunes, 4 de junio de 2012

Medidas económicas y modelos a seguir


Se acordó la compra por parte de los ferrocarriles británicos por parte de la Argentina para compensar el valor de las libras bloqueadas. Estas empresas ferroviarias tenían una pésima condición.
La Segunda Guerra Mundial, la crisis de los mercados y el aislamiento, agravado por el boicot norteamericano, provocaron la acentuación del proceso de industrialización sustitutiva, que se extendió al sector metalúrgico y otros. La empresa Siam Di Tella, creció con la fabricación de heladeras, ventiladores, planchas y lavarropas. Así creció una capa de establecimientos medianos y pequeños, y aumentó la mano de obra industrial.
Los grupos militares proponían profundizar la sustitución, extenderla a la producción de insumos básicos, como el acero o el petróleo, mediante una decidida intervención del Estado. La imagen de la Unión Soviética está presente en esta propuesta. La inspiración autárquica de los militares se dibuja en el Primer Plan Quinquenal.
La política del Estado apuntó a la defensa del sector industrial instalado, y a su expansión. Este sector recibió amplios créditos del Banco Industrial y protección aduanera para eliminar competidores externos. Las políticas de redistribución de ingresos hacia los sectores trabajadores contribuían a la expansión sostenida del consumo. En suma, Perón había optado por el mercado interno y por la defensa del pleno empleo. Se trataba de una verdadera “cadena de la felicidad”, que pudo financiarse por la existencia de una gran reserva de divisas.
La política peronista se caracterizó por un impulso a la participación del Estado en la dirección y regulación de la economía; nacionalizó las inversiones extranjeras, particularmente las empresas controladas por capital británico. A los ferrocarriles se sumaron los teléfonos, la empresa de gas y algunas compañías de electricidad del interior. Nacionalizó el Banco Central.

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